Vitaminas ¿cómo funcionan?

Las vitaminas son compuestos orgánicos que hay que ingerir en pequeñas cantidades para seguir funcionando. Son las obreras que construyen, defienden y mantienen el cuerpo, ayudan a formar los músculos y los huesos, a hacer uso de los nutrientes, a captar y usar la energía y a curar las heridas.

¿Cómo incorporamos las vitaminas en nuestro organismo?

Si bien las bacterias, los hongos y las plantas las producen por si mismas, nuestro organismo no puede y hay que obtenerlas de otras fuentes.

Dependiendo de como se presenten, las vitaminas son de dos tipos: liposolubles e hidrosolubles.
Según el tipo, se determina cómo el cuerpo las transporta, almacena y elimina el exceso.

Hidrosolubles:

Son la vitamina C y las ocho vitaminas del grupo B, cada una con una función determinada. Fuentes de vitaminas

Se encuentran disueltas en el contenido acuoso de las frutas y en verduras y cereales, lo que significa que su asimilación es relativamente directa.

Una vez en nuestro organismo y digeridos los alimentos, van directamente al torrente sanguíneo. Debido al medio acuoso del plasma sanguíneo, las vitaminas hidrosolubles C y B tienen un transporte a su medida y pueden moverse libremente por el cuerpo.

Liposolubles:

Estas se encuentran disueltas en la grasa de alimentos como los lácteos, la mantequilla y los aceites, y su viaje hacia la sangre es un poco más complicado.

Pasan por el estómago y el intestino donde una sustancia ácida llamada bilis secretada por el hígado, fracciona la grasa para su absorción a través de la pared intestinal.

Como las vitaminas liposolubles no pueden usar el medio acuoso sanguíneo, necesitan ayuda para su traslado de un sitio a otro, y esta viene de las proteínas que se unen a ellas y hacen de mensajeros, transportándolas a través de la sangre por todo el cuerpo.

Diferencias entre vitaminas hidrosolubles y liposolubles

La diferencia entre las vitaminas hidrosolubles y las liposolubles determina cómo llegan a la sangre, pero también cómo se almacenan y se eliminan por el cuerpo.

La capacidad de nuestro cuerpo de distribuir las hidrosolubles por la sangre tan fácilmente, implica que la mayoría puede eliminarse con igual facilidad por los riñones. Por ello, la mayoría se deben reponer a diario a partir de los alimentos que ingerimos.

Sin embargo las liposolubles tienen un efecto más duradero, pues pueden acumularse en el tejido hepático y adiposo.

El cuerpo trata estas partes como una despensa, donde almacena las vitaminas y las consume cuando es necesario, lo que significa que no debemos ingerirlas en exceso porque normalmente el cuerpo tiene una buena reserva.

Funciones de las vitaminas

Vitaminas

  • La vitamina A ayuda a hacer leucocitos, claves en la defensa del cuerpo y ayuda a formar los huesos y mejorar la vista cuidando de los fotoreceptores.
  • Algunas, como muchas del grupo B, forman coenzimas, cuyo trabajo es ayudar a liberar energía de los alimentos. Después, otras del mismo grupo, ayudan al cuerpo a utilizar esa energía.
  • Con la vitamina C podemos combatir infecciones y producir colágeno, base del tejido óseo y dental además de curar las heridas.
  • La vitamina D absorbe el calcio y fósforo necesarios para el desarrollo óseo. Si quieres saber más sobre la vitamina D infórmate aquí
  • La vitamina E actúa como antioxidante, eliminando elementos que pueden dañar las células.
  • Con la vitamina K podemos coagular la sangre, puesto que ayuda a crear las proteínas que hacen este trabajo.

Sin esta variedad de vitaminas, los humanos nos enfrentamos a deficiencias que causan varios problemas como cansancio, daño neurológico, cardiopatías y enfermedades como el raquitismo y el escorbuto.

Por otro lado, el exceso de vitaminas puede causar intoxicación. Por lo tanto, el mito de cargarse de suplementos vitamínicos no es una gran idea. En realidad, todo es cuestión de mantener el equilibrio.

Fuente: TedEd Lessons Worth Sharing
Autor: Ginnie Trinh Nguyen