La vitamina D se encarga de regular el metabolismo fosfocálcico. Su carencia puede causar en los niños raquitismo (desarrollo escaso o deficiente de los huesos) y en los adultos osteomalacia (reblandecimiento de los huesos) y oteoporosis (adelgazamiento y debilitamiento de los huesos).

Pero antes de seguir con la vitamina D, hablemos un poco de las vitaminas en general.

¿Que son las vitaminas?

Las vitaminas (del latín vita: vida y de amina: compuesto de nitrógeno) son unas sustancias orgánicas que, en una cantidad mínima pero constante, son indispensables para el crecimiento y el perfecto funcionamiento del organismo.

El organismo por si mismo no tiene la capacidad de efectuar la síntesis de las mismas, es decir, solo puede obtenerlas a través de fuentes externas.

A día de hoy existen 13 vitaminas descritas, cada una con una función especifica y esencial y la carencia de una o varias puede causar graves problemas de salud.

Ningún alimento o complemento posee todas las vitaminas, por eso es fundamental llevar una dieta equilibrada.

Hay que decir que las vitaminas son nutrientes acalóricos, osea, que no aportan energía al organismo, por lo que en dietas adelgazantes no hay que reducir su aporte.

Muchas vitaminas han podido ser aisladas: A, B1, B3, B8, B12, C, D, K, etc., para poder ser ingeridas en forma de complementos.

Si quieres saber más sobre las vitaminas, haz clic en el botón:

Vitaminas


No obstante, la vitamina D tiene la capacidad de ser sintetizada en la piel de las personas por medio de la exposición al sol.

Fuentes de Vitamina D

La V. D y sus metabolitos son hormonas y precursores hormonales más que vitaminas, ya que en las condiciones biológicas apropiadas pueden sintetizarse de manera endógena (por influencia de los rayos ultravioleta).

En este enlace puedes ver los tiempos recomendados de exposición al sol para obtener la dosis necesaria de V. D tanto en invierno como en verano: Investigadores han estimado tiempo de exposición a la radiación solar para dosis recomendadas de vitamina D

También se puede obtener vitamina D de fuentes exógenas, es decir, por causas externas al organismo: a través de los alimentos.

Imagen Vitamina D

Se encuentra en gran medida en los cereales y productos lácteos y también en los aceites de pescado y las yemas de huevo.

La vitamina D de origen vegetal se encuentra en forma de vitamina D2, mientras que la procedente de animales está en forma de vitamina D3. Estas dos formas tienen una actividad biológica equivalente y se activan con la misma eficacia por medio de las hidroxilasas de vitamina D en el ser humano.

¿Para qué es necesaria la vitamina D?

Ayuda al organismo a absorber el calcio, por lo que es indispensable para mantener el sistema oseo fuerte.

Pero también juega un importante papel en los sistemas muscular, inmunitario y nervioso.

Hay que destacar que cualquier deficiencia de vitaminas es perjudicial para la salud, pero también el exceso de las mismas.

El organismo lanza señales cuando tenemos carencias de vitaminas: cansancio, falta de apetito, caída de pelo, problemas de cicatrización o transito intestinal, mal aliento, perdida de memoria, menstruación irregular, etcétera.

La mejor prevención es una dieta equilibrada como lo es la mediterránea, así que vigila tus alimentos y ante cualquier síntoma, visita a un especialista.